Ser ama de casa o morir en el intento

En estos tiempos que corren, todos andamos muy preocupados por ascender en nuestra vida laboral: tener un trabajo que nos llene, que por supuesto nos permita sobrevivir e incluso más que eso para poder darnos algunos lujos, y aspirar a ser reconocido como uno de los mejores en nuestro ámbito laboral. Más o menos, eso es lo que se desea cuando uno comienza la andadura como trabajador, y por supuesto, en esta época de igualdad, lo mismo vale para hombres que para mujeres, sin importar raza, religión ni siquiera demasiado la edad, porque ya se sabe que cada vez emprendemos proyectos de futuro más tarde.

Como un pequeño apunte para poder desarrollar este post, diré que personalmente me encantan las pelis porno de maduras. Sí, ya sé que muchos piensan que lo normal es que te guste ver en plena acción sexual a chicas jóvenes en la plenitud de su belleza, y fue así durante un tiempo, la verdad; pero después de esto comenzó una etapa, no sé muy bien por qué razón, en que empezaron a atraerme las mujeres con algunos años más que yo, y a la sazón, por qué no decirlo, definitivamente me van las tias maduras. ¿Por qué no reconocerlo si es así?

Entonces, me dio por pensar en algo en lo que nunca había caído. Y es que como digo, el querer progresar en el puesto de trabajo es algo natural en cualquier trabajador, de cualquier ámbito, sexo o edad, y estoy totalmente seguro de que para una mujer, joven o madura aunque en este último caso peor, es siempre más difícil que para un hombre. Pero, ¿y que tal si la mujer en cuestión decide que su trabajo va a ser el de ama de casa, y es ahí donde quiere progresar, especializarse y ser la mejor?

Entiendo que no es políticamente correcto hacer una pregunta así, pues con las leyes de igualdad en la mano, bien podríamos decir que también un hombre podría querer cuidar de su casa; pero seamos realistas, hoy por hoy, esto sigue siendo una tarea y una atribución femenina. La cuestión es si, aparte de ser considerado como la función de una mujer madura por excelencia, y que la mayoría de las veces debe conciliar con algún trabajo fuera de casa, podría ser que una persona decidiera dedicarse a eso a tiempo completo, y convertirlo en su profesión, más allá de quién pueda considerarlo su obligación (cosa totalmente incorrecta, por supuesto). ¿Alguien consideraría que realmente pudiera ser así, o directamente se pensaría de ella que lo que no quiere es buscar ningún tipo de trabajo fuera de la comodidad del hogar?

En vano es repetir lo que las amas de casa nos dicen una y otra vez: que el trabajo en casa nunca termina. Pero si realmente acceder al mercado laboral a ciertas edades ya no es fácil, y quedarte en casa mientras no hay razones de salud para impedir buscar un trabajo está mal visto, ¿que se supone que debe hacer una mujer de mediana edad? Dedicar muchas horas al día a las tareas domésticas y a cualquier imprevisto que se presente en casa, muchas más que cualquier jornada laboral cualquiera, ¿no se podría considerar un trabajo a tiempo completo, con horas extraordinarias incluidas?

Parece que ha salido un post reivindicativo, pero más que feminista, el cual no era mi intención, se trata de romper una lanza por todas esas mujeres que ya no son tan jovencitas y a las que llamamos en plan peyorativo «mujeres de su casa». ¿Son menos trabajadores por ser eso precisamente? Si en realidad todo el mundo es libre de dedicarse a la actividad que desee, y ser el mejor en aquello que hace, quizá deberíamos pensar si el ser ama de casa no es el curro más difícil y peor pagado y considerado del mundo.