Las nuevas adicciones de nuestros tiempos

Los tiempos avanzan, las sociedades evolucionan, nos vemos rodeados de nuevos inventos y dispositivos todos los días… y aunque en un principio todo parece ser normal a causa del devenir de tiempos futuros, podemos decir que, en lo básico, la raza humana sigue siendo fiel a sus raíces. Ahora presumimos de toda clase de modernidades, de teorías y explicaciones para todo, de toda clase de demostraciones empíricas para justificar miles de situaciones, y hasta de la picaresca para acceder a cosas para el disfrute y el goce, como puede ser el porno gratis o los montones de cosas similares que podemos encontrar en internet. Pero repito: en lo básico, no hemos cambiado demasiado.

Y uno de los defectos de los que el ser humano cojea en todas y cada una de las épocas históricas por las que hemos pasado es, sin lugar alguna, el del vicio; o dicho más técnicamente, aunque su significado sea similar, el de las adicciones. Claramente, el hombre nunca tiene bastante de lo que le gusta, y aunque sea un sentimiento normal dentro de lo que cabe, el problema viene cuando realmente se convierte en una obsesión. Quizá pienses que esto es algo de la época moderna, pero no es así para nada, e incluso si nos remontamos a la prehistoria, te aseguro que ya había algún que otro primitivo que estaba totalmente enganchado a la caza más allá de la necesidad básica de la alimentación, a comer cierto alimento por puro placer y no por hambre, y seguro que a practicar sexo por puro instinto y placer sin tener que pensar básicamente en la reproducción y mantenimiento de la especie (si es que este pensamiento profundo hubiera entrado en sus mentes simples). Y desde entonces, nada ha cambiado, sólo los motivos o los intereses de esas adicciones, nada más.

Ahora , en esta época en la que vivimos, hay muchas de estas adicciones referidas a la tecnología, algunas de ellas tienen nombres que ni siquiera puedo pronunciar. Pero según los expertos, se puede estar enganchado a mantener todo el día la tele encendida, al uso continuado del móvil, a mandar y recibir emails o mensajes de texto (la aparición del whatsapp ha sido un perfecto vehículo para esto), o publicar en las redes sociales… Parece ser que el acceso a internet ha sido uno de los desencadenantes de esta gran maraña de nuevas adicciones, pero antes de culpar a la red de redes, habría que mirar un poco para nosotros mismos, y reflexionar sobre una de las que ha llevado a más pacientes a las consultas de los profesionales en los últimos años: el ser un adicto al porno. Esto, junto a la obsesión por el sexo, han dado mucho que hablar en las últimas décadas.

No es este un problema nuevo, se conoce de él hace mucho tiempo, así que realmente no está directamente relacionado con las nuevas tecnologías como internet; pero no se puede negar que el acceso a la pornografía gracias a la web ha agravado el problema, o al menos lo ha hecho más fácil de aparecer. Los motivos pueden ser muchos, y de eso los profesionales han hablado largo y tendido, y parece que no siempre está tan relacionado con tener un gusto excesivo por el sexo como se creía, ni con una vida sexual insatisfecha; así que tampoco culparemos al fácil manejo que ahora tenemos de los medios para que el gusto por todo lo xxx se convierta en una adicción. En realidad, lo justo sería volver al principio de este post y recordar que, para que algo se convierta en una obsesión en la vida del ser humano, no hace falta mucho: estamos predispuestos para ello.